(Aclaración: El texto marcado en color y subrayado es un enlace a un vídeo o fichero de audio. Se puede visualizar o escuchar pulsando en el enlace con la parte derecha del ratón o equivalente)
En los años 50 Benidorm era una pequeña villa de
pescadores de la provincia de Alicante, en la cual los veraneantes eran en su mayoría de las localidades cercanas. Es a finales de esa década cuando
Benidorm comienza a despuntar como destino de veraneantes procedentes de
Madrid y de otros países de Europa occidental.
En la España católica de los 50, el despegue
turístico de ciudades como Benidorm no sólo atrajo veraneantes sino nuevas
costumbres de otros países. Las mujeres del norte de Europa lucían bikinis para
escándalo de muchos. Una multa a una turista inglesa por vestir la prenda
precipitó que Benidorm se convirtiera en la primera ciudad española en
legalizar el bikini.
Benidorm
a finales de los años 50
En 1958 para proyectar
al mundo la imagen de Benidorm, las autoridades locales idean celebrar un
festival de la canción similar al que en aquellos años se celebraba en San Remo
(nacido en el año 1951). En julio de 1959 tuvo lugar la primera edición del
evento en el Manila Park de la ciudad, donde triunfó la canción “Un Telegrama”,
escrita por los hermanos García Segura, e interpretada por Monna Bell y Juanito Segarra.
Monna Bell en el I
Festival de la Canción de Benidorm
El Festival de la Canción de Benidorm contribuyó
de manera decisiva a la promoción y consolidación turística de la ciudad como
destino clave del Mediterráneo español.
Este primer Festival se
recuerda como uno de los más importantes, entre otras cosas por haber sido
presentado por el conocido periodista radiofónico de origen chileno Bobby
Deglané. Bobby falleció
en 1983 y fue enterrado en Arenas de San Pedro (Ávila), el pueblo de su
mujer.
Bobby Deglané con Paco Rabal en la
película Historias de la Radio
Es en la década
de los 60 cuando comienza a irrumpir en masa el turismo extranjero en Benidorm, procedente
en gran parte de Alemania y Reino Unido.
En estos años la
playa y el baño centraban las ocupaciones matinales de los turistas. La tarde
comenzaba con la ceremonia del paseo, mientras que la noche (en tiempos donde
la televisión era una distracción escasa) transcurría en los cines al aire
libre, que tenían aforos enormes en relación con los cines actuales. Antes de la
llegada de las discotecas –a finales de los sesenta- las salas de baile y las salas de
fiestas (cena, copas, música y espectáculo en directo) tuvieron un gran éxito.
El espectáculo en directo era habitualmente una orquesta con una cantante, o un
cantante, como muestra el vídeo de la canción “Que Rico Mambo”. La típica canción de sala de fiestas fue “Comunicando” interpretada
por la vocalista chilena Monna Bell.
Modelo de Sala de Fiestas de los años
60. El escenario donde se situaba la orquesta y la vocalista se puede ver al fondo
En el pueblo del
noroeste de la provincia de Murcia donde pasé mi infancia, Bullas, la única
diversión que había en los años 50, y comienzos de los 60, era el cine Avenida
(una sala cubierta en invierno y otra sala a cielo abierto en verano). El párroco
del pueblo ponía la calificación moral que los censores daban a las películas en
el tablón situado en el vestíbulo o atrio de entrada a la iglesia: 1
(Autorizadas para todos los públicos, incluso niños), 2 (Autorizadas para jóvenes), 3 (Autorizadas para mayores), 3R (Para mayores, con reparos) y 4
(Gravemente peligrosas). Bastaba ojear el tablón para intentar ver la que mayor
calificación tenía, si nos dejaban acceder a la sala.
En la foto se puede ver el patio del cine de verano de Bullas, con la pantalla en primer lugar (recuadro azul). La proyección se realizaba desde la ventana marcada en verde
En verano
cambiaban un poco las cosas, ya que la banda municipal del pueblo interpretaba
los domingos a partir de la 10 de la noche excelentes piezas musicales, lo cual
era aprovechado para dar un paseo por la plaza del pueblo y calles aledañas, y
así dejarse ver para intentar relacionarse con alguna chica. Las opciones eran
escasas y siempre acababa paseando con mis amigos Alfonso Puerta y Félix García, que
compartían mis gustos cinematográficos.
Banda de música municipal de Bullas en
el escenario (palco de la música) habilitado para sus conciertos en los años 60
En las fiestas
de la patrona de nuestro pueblo, que se celebran el primer fin de semana del
mes de octubre, cambiaba un poco la cosa, ya que aparte de las típicas
atracciones feriales solía haber verbena con una orquesta y su correspondiente
vocalista (“vocatonta” llamaban de forma cariñosa a la guapa cantante de
turno). Alguna vez hacían una pequeña excepción y traían algún conjunto músico
vocal del estilo de los H.H. (Escucha Cowboy) o los Blue
Diamonds (Ramona).
Al fondo de la foto se puede ver el
escenario donde actuaban los músicos en las fiestas de Bullas en los años 60. Detrás
se situaban las atracciones
El punto de inflexión
en los gustos de los turistas se dio en año 1968, cuando la canción “La vida sigue igual” ganó el X
Festival de la Canción de Benidorm interpretada por Los Gritos y Julio Iglesias.
En 1968, en
contra de lo que pronosticaba Julio Iglesias en “La vida sigue igual”,
se produce un cambio en las costumbres: las vacaciones se transforman
en vacaciones de diversión y playa. A las salas de fiestas se añaden las primeras
discotecas, entendiendo por tal un local donde se baila con música grabada en
disco, al contrario de las salas de fiesta donde las actuaciones eran en
directo (con una orquesta que acompañaba a un cantante o vocalista). La palabra
discoteca tardó un cierto tiempo en asentarse, hasta que se generalizó
finalmente al comenzar los años setenta.
Mi punto de
inflexión tuvo lugar un poco antes, a finales de 1966, cuando comencé a
estudiar en la Escuela San Jerónimo de Alcantarilla. Ese año comenzaron las
salidas a los pueblos vecinos, organizadas casi todos los fines de semana por
el añorado Pepe Moya García. Eran los tiempos de Mighty Quin (la canción es
de Bob Dylan pero la sacó al mercado el grupo inglés Manfred Mann y la primera
vez que la escuche en unos billares de la Gran Vía de Murcia me quedé prendado
de ella) y la épica A Whiter Shade Of Pale de Procol Harum.
Jardines de la Escuela San Jerónimo en la primavera
de 1968
En nuestro pueblo no abrieron ninguna sala de fiestas, sin embargo en la ciudad de Murcia en diciembre de 1968 inauguraron una en la calle de San Andrés de nombre Pierrot. No llegué a visitarla, pero pasé por la puerta en numerosas ocasiones.
Anuncio de la inauguración de la sala de fiestas Pierrot
Al principio en
nuestros viajes de fin de semana a los pueblos cercanos paseábamos por donde lo
solían hacer las chicas de nuestra edad, pero cuando abrieron las primeras
discotecas, después del correspondiente paseo tocaba sesión de disco. En Bullas
la primera que hubo fue la que el emprendedor Antonio Sánchez Góngora abrió en los
bajos de su casa, al comienzo de la carretera de la estación (hoy Avda. de la
Libertad). En los pueblos cercanos abrieron el San Remo en Cehegín, el Veracruz y
el Varaca en Caravaca de la Cruz (aquí tuve la ocasión de ver una actuación
de Los Puntos), la segunda discoteca de Antonio Sánchez Góngora en Mula…
La primera puerta de la derecha era la entrada a la discoteca Nevada de Antonio
Sánchez Góngora en Bullas
En Murcia también comenzaron a inaugurar discotecas, como la que abrió el cantautor murciano José María Galiana en la calle Escultor Roque López, con el nombre de Momo. Posteriormente abrió otra en la Gran Vía de Murcia con el nombre de Ditirambo.
El año
1969 fue el punto de ruptura con mi vida anterior, ya que cambié mi residencia a la ciudad de Murcia para continuar con mis estudios en la Escuela de Maestría, empleando mi tiempo de ocio en los buenos cines de la ciudad: el Avenida, en
versión original; y los cines Coy, Iniesta, Rex y Coliseum, en versión
doblada). Por ese tiempo escuchaba la excelente canción Reflections Of My Life del grupo inglés Marmalade.
La Escuela de Maestría de Murcia en los años 70
En julio
de 1970 mi hermano consiguió un trabajo para la temporada de verano en la playa de Levante de Benidorm, con residencia para dormir en la
cercana Villajoyosa.
Cuando llegaron mis vacaciones veraniegas ante la insistencia de mi hermano de que él y su amigo Pedro se lo pasaban genial en las discotecas de Benidorm, cogí el tren en Bullas con destino a la estación del Carmen de Murcia (aún funcionaba la línea, la cerraron en 1973), que era la que estaba más cerca de la estación de autobuses Alsina Graells, tomando después sendos autobuses a Alicante y Benidorm, y me planté en la playa de Levante para ver por mi mismo si el buen ambiente que me decían era cierto. Fue un impacto total el que tuve, pues
alucinaba con la música que pinchaban en las discotecas 007, Piper´s y Stereo. Si ibas
pronto podías tomar una copa escuchando al completo discos como, Get Ready, In-A-Gadda-Da-Vida o La Balada de John Lee Hooker.
Propaganda de las discotecas 007, Piper´s y
Stereo
En el curso 1970-1971 pase a tener mi residencia en el edificio Torre de Levante, cercano a la Plaza Circular, donde entable amistad con otros estudiantes que vivían en un piso del mismo edificio. Esta fue una excelente oportunidad para salir de copas y discotecas con un buen amigo de Espejo (Córdoba), llamado Fernando Lucena. Las noches de los fines de semana solíamos pasarla en la discoteca Nixon´s (posteriormente conocida como Flash) que estaba situada en la calle Montijo, en los sótanos del casino de Murcia.
Puerta de entrada a la discoteca Nixon´s
Ese curso fue especialmente movido ya que los alumnos de último curso de la Escuela de Maestría organizamos dos festivales con la banda cartagenera Los Yuniors (luego Parábola) para sacar dinero para nuestro viaje de estudios. Los dos festivales tuvieron un éxito enorme, ya que este conjunto era muy conocido en ese tiempo entre los jóvenes de Murcia.
Cuando llegó el buen tiempo a partir de abril convencí a un compañero de Hellín, Juan Francisco Serna Berna, que disponía de un Citröen 2CV para que nos llevara a Benidorm los fines de semana, Solíamos salir el viernes por la tarde y regresábamos a Murcia la madrugada del domingo, después de pasar las correspondientes veladas en las discotecas y la mañana del sábado en la playa de Levante.
Grupo de amigos en la playa de Levante de Benidorm
hola a todos los que veis estas letras. yo he estado en el 007 muchas, mucas veces. En los años 70. Inolvidable vivencia y experiencia. a todos, en esa época nos marcó la vida para siempre. conocimos otra vida otra realidad. Babeabamos con esas hermosas y preciosas suecas, tan rubias, tan bonitas, tan nuevas en nuestra iberica cultura. Ellas no conocian el sol. nosotros no conociamos otras culturas ni esculturas. Que preciosa música. Cómo bailabamos. Hasta la extenuacion. Las copas era lo de menos. El hablar en ingles, en vivo y en directo era el mejor trago. La nostalgia nos atormenta y nos deja tristes. Cómo pasa el tiempo¡¡¡. Si habeis vivido esos tiempos, esos momentos teneis un patrimonio eterno. la discoteca 007, en esos momentos muy a principios de los 70 era la mejor, sin duda alguna. cuando veo su logo, viajo en el tiempo y aterrizo en su interior y en su puerta. Que ambiente mas sano y mas bonito. irrepetible. delicioso. inolvidable. Gracias miles. Pipo.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con tu comentario. Falta incluir en el artículo otra importante discoteca de aquellos tiempos, Piper´s Club, que se encontraba muy cerca de 007,
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